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El Mambo

El mambo fue otro género musical bailable que tuvo sus raíces en el llamado nuevo ritmo difundido comercialmente. Tuvo como uno de sus máximos exponentes el Danzón Mambo de Orestes López, compuesto en el año 1938. También se realizaron otros aportes o arreglos por parte de la orquesta Jazz band a mediados de la década de 1940, donde Bebo Valdés y René Hernández hicieron el modo sincopado de el mambo independiente de la estructura del danzón. El pianista y compositor cubano Dámaso Pérez Prado (1916) tomó todos estos elementos, experimentó con melodías, armonías y ritmos, los enriqueció y creó el mambo que inauguró el género a nivel mundial. Rico Mambo en 1951 fue el primero en popularizarse. Luego surgieron toda una serie de temas que se hicieron mundialmente famosos como: Mambo No. 5, Pianola, Black Horse, Roulette Man, Mambo in Sax, Mambo No.8 y The taxi. El mambo también tuvo influencias del jazz, y México fue el país que mayor difusión le dio al género cubano.

Es muy característico en este género que su creador grite algunas sílabas que trascendieron. Sobre estos, Helio Orovio, destacado musicólogo y periodista cubano, señala: “… de fondo sale la voz ronca del “Rey del Mambo”emitiendo sonidos imprecisos, bautizados por alguien como “semi gruñido” o “semi grito”. Este ritmo cubano fue llevado y dado a conocer en todas partes por Dámaso Pérez Prado, por eso se le nombra El Rey del Mambo.

Coreográficamente Mambo no es una creación popular. Distintas parejas de baile que actuaban en cabarets y discotecas creaban pasos y figuras que luego la gente imitaba y hacía propias. Recientes investigaciones del profesor Ramiro Guerra, a partir de entrevistas realizadas a exintegrantes de un grupo de jóvenes cantoras y bailarinas de la época, “Las Mulatas de Fuego”, afirman que fueron ellas quienes crearon los pasos y figuras del mambo, con el objetivo de crear coreografías para la música de Pérez Prado. Después de mostrar los pasos de otros bailes folclóricos o populares que aprendieron aquí y allá, Roderico Neyra, (más conocido como “Rodney”, coreógrafo del Tropicana Cabaret) solía estilizarlos y adaptarlos a la escena.

Posteriormente estas parejas de baile aparecieron en televisión, lo que produjo una difusión masiva del baile en todo el país. En un reportaje que le hizo a Neyra en la revista cubana Bohemia de este período, se ilustraron y nombraron algunos de los pasos del mambo: motoneta, tembleque, paseo, la puntillita, la palmada, el jelengue, arriba y abajo y el mambeo. Ninguno de estos nombres ha trascendido hasta el presente. Sin embargo, la mayoría de ellos se pueden reconocer en los que se reproducen hoy en compañías profesionales de danza y salones de baile. Entre las parejas más famosas de la década de 1950 se encontraban Ana Gloria y Rolando.

El mambo se baila en parejas sueltas de forma individual o colectiva. Tiene un paso básico que consiste en mover alternativamente los pies tocando el piso con la punta del pie. El movimiento fundamental que identifica a este baile se ubica en la pelvis, de ahí su carácter erótico y sensual. También se compone de otras variantes básicas de pasos y figuras al estilo cabaret como: la cajita, flexión y estiramiento con elevación de piernas, pasos de inclinación hacia atrás y adelante con palmadas y saltos, el valseado y otros de gran creatividad. Sí lo comparamos con otros géneros músico danzarios, el mambo no pasó de ser una moda de vida efímera.