Cha-cha-chá
El sonido de los pies de los bailarines
El Cha-cha-chá es considerado por la musicóloga Miriam Lay Bravo como el último eslabón del complejo genérico del danzón. Fue el resultado de un proceso creativo que partió específicamente del llamado danzón de nuevo ritmo. El mambo Danzón fue la primera obra que se reconoce como exponente de esta variante genérica que también influyó en el Son y posteriormente en el Mambo y fue creada en 1938 por Orestes López, integrante de la orquesta popular “Arcaño y sus Maravillas ”.
Enrique Jorrín, destacado violinista, compositor y director musical cubano, es considerado el autor del Cha-cha. Este género surgió como resultado de la necesidad de crear algo diferente al propio Danzón. Su definición como nueva modalidad musical se consagró con la pieza “El Engañador” en 1949, aunque esta no se popularizó hasta 1951, año en que su autor grabó un disco que rápidamente alcanzó gran difusión.
“Tampoco hay un primer cha-cha-chá.
Fue un proceso evolutivo […] ”
El nombre de este ritmo le fue dado por los propios músicos, para diferenciarlo del danzón basado en el sonido onomatopéyico de la celda rítmica fundamental ejecutada por el güiro (instrumento de percusión). Otra versión del nombre se basa en el sonido que hacen los pies de los bailarines al cepillar el paso básico. "Este género recibe también una notable influencia del Chotis Madrileño. Como ejemplos de Chachachá famosos podemos mencionar: El alardoso, El túnel, Nada para ti, Osiris, Me muero, El bodeguero y muchos otros."
El Cha Cha Chá como manifestación danzaria es anónima. El propio Jorrín aseguró en varias entrevistas: "No hay baile anterior a la música. Tampoco hay un primer cha-cha-chá. Fue un proceso evolutivo [...] Fueron los muchachos del Silver Star los primeros en bailar eso que luego se diría chachachá". La Silver Star era una sociedad negra que contrataba con frecuencia a la Orquesta América. Allí se fueron gestando los primeros resultados del nuevo género musical
Durante los primeros años de la década del cincuenta, el baile se incubó en uno de los salones más visitados de la capital: Prado y Neptuno, donde se estrenó “La Engañadora”, también interpretada por la Orquesta América.
En cha-cha-chá la celda rítmica básica constituye una evolución estilística del baile de salón cubano, ya que el paso básico corresponde al ritmo del güiro más dos pasos. Esta es una característica diferenciadora en relación a sus predecesores. Es realizado, no solo por parejas unidas en una posición cerrada de baile social, sino también por bailarines solteros.
Entre las figuras tradicionales del cha-cha-chá están: abrir y cerrar, vuelta al hombro, vuelta de la muchacha alrededor del varón, paseo , giros completos de hombres y mujeres solos, y otros que han trascendido sin nombres. Luego se introdujeron otros pasos que fueron conocidos como La suiza y El Cojín, como una influencia del Rock and Roll que estaba de moda en la década de 1950.
A finales de la década de 1950, la rueda surgió como una nueva variante del chachachá, y se la conoció popularmente como cha-cha-chá en rueda. Estaba dirigida por un hombre con habilidad demostrada para el baile, a cuya señal, previamente conocida por los bailadores, se realizaban cambios de pareja, combinaciones de vueltas así como otras figuras inventadas para tal fin. El cha-cha-chá La rueda de chachachá también se convirtió en un aporte coreográfico enriquecedor y revolucionario al baile de salón cubano.
(…) Constituye una evolución estilística del baile de salón cubano,...
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